Un documental de Franca González sobre Liniers, el talentoso historietista creador de Macanudo.
Un film sobre todo lo que puede conseguir la fuerza de un deseo.

"Every documentary about a cartoonist is interesting but one that follows Liniers is much more than that. LINIERS (Buenos Aires, 1973) is famous for his daily comic strip Macanudo. In this documentary by Franca González we find one of the most tender portraits ever done of him, reflecting the transcendence that ensues from the simple line of his drawings". José Fragoso, Instituto Cervantes of New York.

"Liniers, el trazo simple de las cosas" fue filmado en Buenos Aires y en Montreal con el apoyo del INCAA. Estuvo nominado entre los 5 mejores documentales del año por la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de la Argentina para los Premios SUR, compuso la terna a Mejor Guión Cinematográfico Documental de los Premios Argentores 2011, ganó a su vez el 1º Premio al Mejor largometraje Documental del Festival de Cine de San Juan y formó parte de la Competencia Oficial de los Festivales de Cine de la Habana, Málaga, Toulouse, Leipzig, El Cairo, Olot (Catalunya) y MARFICI entre otros. El 26 de abril de 2012, se estrenó en Nueva York, en el Instituto Cervantes.

9/1/10


FICHA TECNICA
Género: Documental
Duración: 77 min.
Soporte de filmación: HDV y HD
Masters de proyección: Betacam Digital y HDV
Sonido: Estéreo + 5.1
FICHA ARTISTICA
Guión y Dirección: Franca González Serra
Producción: Franca González Serra
Productores asociados: MC Producciones - Marcelo Céspedes y El Desencanto
Fotografía: Jorge Crespo, Ignacio Acevedo, Sebastián González
Sonido Directo: Carlos Olmedo, Ezequiel Brodsky
Música: Cheba Massolo, Kevin Johansen
Montaje de imagen: Diego Arévalo Rosconi
Montaje sonoro: Lena Esquenazi
Dibujos e historietas: Liniers
Animación: Pablo Goitisolo

On Line y Color: Hernán Buffa

Asist. de producción y fotos de film: Silvana Luverá
Realizada con el apoyo del I.N.C.A.A.

Sobre el film documental "Liniers, el trazo simple de las cosas"

Cuando supe que había ganado una beca para vivir dos meses en Montreal a comienzos de la primavera me imaginé un escenario totalmente diferente. Hasta fines de abril la nieve y el frío no dieron respiro.  Salir a filmar era toda una epopeya con 20 bajo cero. Y lo peor es que tenía que compartir la casa con un extraño. Ese extraño era Liniers. Cada mañana se levantaba antes que nadie a dibujar. Me impresionó su desesperación por transformar en dibujitos las cosas que le pasaban a diario. Lo suyo era algo parecido al hambre y a la sed transformados en potencia creativa. Al principio sentí un poco de envidia. El no necesitaba exponerse a la intemperie. Trabajaba en ese lugar tibio, silencioso, mientras afuera todo era desolación y hielo. Comencé a filmarlo como si fuera un juego. El me incluyó en algunos de sus dibujos. Poco a poco, lo cotidiano se convirtió en viñetas y en video. 

Si bien todos sabemos que los viajes son transformadores, en mi caso, fue mucho más que eso. Liniers se transformó en una obsesión. Sobre todo, luego de negarse a mi propuesta de hacer un documental sobre él. Sus dibujos me pusieron en jaque. Me devolvieron la capacidad de sorprenderme ante lo mas simple. Hacer este film fue un desafío al deseo, a las resistencias propias y ajenas, a la exposición y a los modos narrativos. Sólo me queda una duda. Qué pasa cuando una película se termina. Qué pasa con el otro. Cómo se vuelve a la vida. Sin cámara. Ni micrófonos. Al trazo simple de las cosas.

Tapa del Macanudo 6 dibujada durante una mezcla 
de cena y filmación, coloreada con vino tinto